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Cuando el dinero no es lo más importante…
Hasta hace bien poco, lo más importante para las personas que optaban a un puesto de trabajo era la remuneración. Pero en la actualidad, existen ciertos pluses que pueden decantar la balanza hacia un lado u otro ante la decisión de aceptar un empleo.
Hoy en día es un modo de captación infalible de los departamentos de recursos humanos de las empresas para garantizarse un empleado feliz, que es el equivalente a un empleado productivo. Los cheques gourmet, la compra de días extra de vacaciones, el teletrabajo, el apoyo a la formación o la garantía de un seguro médico… se han convertido en el trueque del siglo XXI, y han cambiado la perspectiva de que la retribución en dinero es lo más importante.
El pago en especie hace tiempo que se ha hecho un hueco en España, y también en Galicia, pero es cierto que se afianzó una vez se puso punto y aparte a la crisis económica. Con la aparición de los modelos de negocio de las startups, el aumento de la competitividad entre trabajadores y el futuro de las pensiones color negro azabache, el sueldo a la carta se convirtió en el as de oros de la baraja.
Las empresas cada vez cuidan más a sus empleados y empleadas porque les interesa fidelizar el talento y que los asalariados rindan de manera eficiente; pero a la vez, los trabajadores demandan más que un sueldo. No quieren ser un número y aspiran a que su compañía les haga crecer y los ayude a conciliar.
Según explica Belén Varela, profesora de Dirección y Gestión de Recursos Humanos en el grado de Relaciones Laborales de la UdC, “la diferente situación de cada persona es la que lleva a que las empresas se animen a ofrecer retribución flexible, que además como tiene ventajas fiscales para todos es bastante popular”. Y continúa: “Eso sí, las personas valoran cada vez más la disponibilidad de tiempo; no solo aquellas con dependientes a su cargo, sino muy especialmente las generaciones más jóvenes. El teletrabajo, por su parte, está en el medio de la balanza: tiene partidarios y detractores casi a partes iguales”.
Aunque en España el sueldo a la carta comienza a coger fuelle, en otros países las miras respecto a la retribución flexible son mucho más amplias. Lo saben en Nueva Zelanda, donde empresas ya captan trabajadores gracias a su semana laboral de cuatro días. O en Australia e Israel. En ambos países juegan con la ventaja de que las empresas pagan un 50 % más por la hora a quienes trabajan en el turno de noche. Nada que ver con lo que ocurre en la cuna del sueño americano: Estados Unidos es el único país desarrollado en el que las vacaciones son un beneficio, no un derecho; y la ley solo prevé un día de descanso a la semana.
Fuente: La Voz de Galicia